25.06.12

Recorriendo la Langstrasse (2da parte)

 

-      Ya no es lo que era.
-      Agua, Frosch, agua, que ayuda a desintox…que te va a hacer bien.
-      Ya no es lo que era.
-      Bueeeno, se ha aburguesado un poco… pero salvo eso sigue igual.
-      Ya no es lo que era.
-    Hey, tampoco es para tanto, además tú mismo dices que hasta la hamburguesa se  aburguesa, que es la ley de la vida…
-     ¡Qué carajo esperas, men!

Ya no es lo que era. El kreis 4 y la Langstrasse ya no son lo que eran. El kreis 4 y la Langstrasse se han perfumando. Y se seguirán perfumando por los siglos de los siglos, men.
Y quien quiera percibir su viejo y auténtico olor, habrá de acudir allí durante el día, y ya no de noche.
Y quien quiera saber a qué me refiero, habrá de saber primero que:

Desde aproximadamente… siempre, el kreis 4 ha sido un barrio obrero.
Y que desde aproximadamente la mitad del siglo XIX ha albergado además a obreros inmigrantes, y que los primeros inmigrantes -italianos en su mayoría- vinieron a aportar sus lomos, sus creencias y sus ideas, y que de ello dan fe construcciones como las vías del tren, alguna iglesia o algún centro político.

Habrá de saber asimismo que en el siglo XX, llegada la década de los sesenta, ya no bastaba con descampesinarse para modernizarse, sino que había que cosmopolitarse para poder seguir industrializándose. Y es en esas circunstancias que Suiza -país razonable- decide acoger nuevos inmigrantes.

Nuevos inmigrantes, que en esta ocasión debían aportar más lomo que creencias o ideas y que en un inicio también provienen de Italia, pero que con el transcurrir de los años empezarían a venir de lugares cada vez más lejanos y distintos, empujados hasta aquí por razones cada vez más variadas y distintas, a poner el lomo de formas cada vez más variadas y dist… Y que por alguna misma razón-cuyo secreto se encuentra en el olfato- frecuentarán ciertas zonas de las ciudades y no otras, y que por esa misma razón la cierta zona a frecuentar en la ciudad Zúrich será el kreis 4, que como ningún otro se impregnará de todos esos nuevos colores, olores y sabores y empezará a echar cuerpo y a dotarse de un carácter propio, auténtico. Distinto.

Y al ser distinto, olerá distinto y atraerá a quienes son, se consideran o se les considera distintos. Además de extranjeros, vendrán artistas, vagabundos y toda aquella gente que de algún modo desempeña funciones tradicionalmente marginales. Vendrán sino a vivir, a trabajar, vagar, vagabundear; a ser lo que son, lo que quieran, o lo que estén obligados a ser. En este barrio de alma obrera encontrarán un lugar donde distender los complejos y relajar las formas y así lo irán convirtiendo en el lugar adonde la ciudad entera vendrá a distender los complejos y a relajar las formas, y poco a poco, naturalmente, el Kreis 4 se irá tiñendo de rojadizo y terminará adquiriendo ese fuerte olor suciorrico. El irresistible olor del vicio.

         -  ¡Y que viva el vicio, carajo! ¡que vivan las putas, la co…!
         -   Cálmate, Frosch. Y deja de hacer tanta mueca.
         -   Ya ya… continúa:

Y como el olor del vicio no solo atrae a los marginales, también aparecerán quienes desempeñan funciones tradicionalmente tradicionales. Este es el caso de los académicos, pintorescos personajes que al encontrar pintorescos a este barrio y a sus habitantes, deciden a su vez instalarse por aquí. El barrio les proporciona un toque de exotismo tercermundista en su comodidad local, la sensación de estar conectados con la calle, de tener más práctica en sus teorías y, sobre todo, les permite decir: “yo no soy tan formalito como parezco, yo vivo incluso entre el pueblo y el bajo mundo”. Ellos no vienen a aportar al barrio ni lomo, ni olor fuerte, ni nada por el estilo, sino más bien una sensación de vicio controlado, de perdición civilizada, de formalidad en el relajo de las formas...vienen a aportar un primer perfume- aún soportable- y a sellar con una buena fórmula lo que  ha sido fue el kreis 4 desde los años sesenta hasta nuestros días hace poco.

Porque sabiendo que
Ausländer    <=> extranjero(s)
Aussenseiter <=>outsider(s), marginales
Akademiker <=> académicos

Resulta que
A+A+A = kreis 4   fue en efecto una excelente fórmula para definir la demografía de este barrio, fórmula que, traducida, pierde obviamente toda su gracia, pero que, traducida o no traducida, lo que sí ha perdido hoy en día es su vigencia y que por ello sus difusores- los de anteojitos de montura gruesa- harían bien en declararla de una vez por todas obsoleta.

Porque este barrio ya no es lo que era. Porque este barrio se ha perfumado y se seguirá perfumando cada noche con aquella peste limpiecita y empalagosa que arrasa con los olores fuertes.
Porque ya está anocheciendo. Y de noche, este barrio se engomina, se fija, se acomoda.

-          Ya no es lo que era
-         
-          ¿Acaso no hueles?
-          …pues yo sólo veo llegar gente.
-          Pfui. Vámonos de aquí.
-          Hey, pero…
-          Ya sé, ya sé, pero tendrá que ser para la próxima.