Ciudades sin sapos no existen. Ciudades sin hispanos, se diría que tampoco.
15.09.11
Y el príncipe se convirtió en sapo
Así, en tercera persona, termina siempre de contar su propia historia este batracio. Por eso, añade, un buen día crucé el charco y me instalé aquí. No aguantaba más. Tú no sabes lo que es eso. De verdad que no lo sabes. La verdad que no, respondo.
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen