30.12.11

Calor navideño

Zúrich cuenta entre sus habitantes a un señor capaz de resistir 21minutos y 33 segundos sin respirar debajo del agua.

Ciertos sapos son capaces de permancer congelados durante meses, sin respirar y sin que les lata el corazón. No baten por ello ningún récord de Guinness, pero tampoco ponen en peligro su vida. Simplemente se descongelan y se ponen a saltar como si nada.

Mr. Frosch asegura ser además capaz de congelarse y descongelarse a su antojo.
La temperatura en Zúrich no es tan baja en estos días, pero él dijo que se congelaría igual. Así, congelado, es que ha decidido pasar las fiestas.
Se descongelará cuando se le dé la gana.

09.12.11

Habitantes del río Limago II

- Ven, hay que completar esto. ¿Ves aquellas ventanas sin cortinas?
- Sí ¿pero cómo sabes que no tienen cortinas?
- Apunta:
Algunas viviendas de esta zona tienen enormes ventanas a las que sus habitantes no acostumbran poner cortinas.
Las ventanas enormes y cuadradas son hoy en día tendencia. No ponerles cortinas, también.
Estos edificios, por ejemplo, han sido diseñados siguiendo alguna de estas nuevas tendencias: fachadas de metal y enormes ventanas, todas igualitas. ¿Centro comercial o vecindario? Las dos cosas. Da lo mismo. Es la tendencia.
- Sí, pero…
- Sssh, chitón, no te atrevas a criticar la arquitectura. Tú no la entiendes, ignoras las nuevas tendencias.  Continúa:
Las escaleras, de fierro; los balcones, de fierro. Las ventanas enormes y cuadradas, de fierro. El material tiene que verse. Los edificios tienen que gritar que son de fierro. Es tendencia.
Estos edificios tienen dos fachadas principales. Una da a la calle. Esta, como ves, da al río. En la fachada que da a la calle hay tiendas; en esta, como ves, hay viviendas.
En las tiendas hay desde maquinaria industrial, muebles, cremas para la piel, hasta un solárium a monedas.
En las viviendas, como ves,  hay gente. Gente que a su manera también contribuye a la tendencia. Contribuye  viviendo y prescindiendo de cortinas, persianas o lo que pudiera preservar su intimidad. El resultado es que así esta gente parece estar a la venta. Pero no, no son putas. No estamos en Ámsterdam. Estamos ante un complejo residencial zuriqués.  Allí dentro vive gente respetable, familias con niños y todo eso.
Las viviendas más expuestas, eso sí,  las  habitan en su mayoría  solteros que apenas ha pasado la treintena. Se trata de enormes apartementos dúplex con enormes ventanas cuadradas que permiten ver hasta el último rincón.  Estos solteros son de esa gente que compra y hace que compres, de esa raza humana que cocina y se come la economía. Gente de las finanzas; banqueros, aseguradores, abogados que trabajan para las aseguradoras y para los bancos, economistas que trabajan para las aseguradoras y para los bancos, arquitectos que trabajan con las aseguradoras y con los bancos, psicólogos que… Gente que, además, va al gimnasio, que tiene los brazos robustos y el vientre liso. Jóvenes vigorosos pero no mocosos. Treintañeros ya centrados, con sonrisas y pelo impecables...
Pero no, no son como en American Psycho; el mundo ha cambiado desde entonces.  Además que el estilo de vida de los yuppies difiere de un país a otro. Ser de una misma raza, no implica que se viva de la misma manera. Un fanático evangelista del País Vasco no condimenta su hamburguesa como lo hace uno de Texas o uno de la Patagonia. Los tres, claro, se zampan la hamburguesa. Es sólo por dar un ejemplo…
Volviendo a estos jóvenes zuriqueses de enfrente. No se trata pues de yuppies neoyorquinos, ya que muy rara vez aspiran coca. Consumen más bien verduras de apelación Bio y ese tipo de cosas. Si salen, es a comer sushi. Y sobre todo, duermen sus horas. ¡Comen verduras y duermen sus horas!
No tienen cortinas, yo los veo diariamente vivir. La exhibición vista es además gratuita. Es como ojear un catálogo de Ikea o uno de esos folletines que reparten los Testigos de Jehová. Los habitantes de enfrente también son o se esfuerzan en parecer espontáneos, felices. Seguramente lo hacen para que los paseantes de por aquí tengamos otra vista agradable además del río. Por eso han pagado unos cuantos millones de francos por sus vitrinas apartamentos duplex. Por eso los han amueblado con sofás de diseño donde se recuestan y de donde se levantan para hacer café en sus diminutas Nespresso... ¡Como en los catálogos! Pero repito, no están a la venta. Son ellos los grandes compradores.
- Lo que pasa es que eres un mirón, míster Frosch
- Claro, como si yo hubiera tomado las fotos...

02.11.11

Habitantes del río Limago

“Todos los animalitos son a su manera encantadores” Mr. Frosch


Otro típico habitante de la zona es el hombre. El hombre se instala por lo general en el borde, dejando cierto espacio entre la orilla y su vivienda. Estos espacios, que en las ciudades se dejan más por respeto a la ley que a la naturaleza, pasan a formar caminos por donde se complacen en transitar otros hombres... En todas partes es igual. Al hombre le gusta ver agua. Y si un lugar no cuenta con mar, lago o laguna, lo primero que hacen los hombres allí, es construir una fuente alrededor de la cual reunirse para, entre otras cosas, contemplar el agua brotar. Ya sabes, las plazas.

-¿Y Zúrich?

El resultado de que a todos los hombres les guste ver agua es que a muy pocos les será permitido hacerlo desde sus viviendas. En todas partes es igual. Es la lógica selectiva de exclusión por cotización de deseos.

-What!?

Money, men! Plata, guita, pasta. Es la lógica humana que hace que tú, vulgar asalariado, estés paseando por este caminito, tiritando de frío para poder contemplar el agua al menos un rato; mientras que el tipo de enfrente la puede contemplar todos los días del año, descalzo y en bata, desde una vivienda que jamás podrás pagarte.
Si te gusta contemplar algo, quieres contemplarlo siempre ¿no?

-Bueno…sí

Pues aquel tipo ha comprado este paisaje para contemplarlo siempre ¿Entiendes? Se lo ha comprado como quien compra un cuadro. Y se lo ha comprado porque puede.
De hecho, el mundo se divide infinitamente en dos grupos: los que pueden y los que no pueden una determinada cosa.
Por ejemplo, el esquelético Mick Jagger suele frotar su arrugada piel a la de bellas y tiernas modelitos sin arrugas, al igual que la musculosa Madona suele frotar su arrugada piel a la de bellos y tiernos modelitos sin arrugas. ¿Por qué lo hacen?  Pues porque pueden. Ellos pertenecen entonces al grupo de los que pueden eso. Tú, por ejemplo, no eres rico ni famoso, pero perteneces a un grupo no menos minoritario: el de los que pueden hablar con los sapos.

-¡Vaya privilegio, míster Frosch! ¿Y Zúrich?

Zúrich cuenta con lago y río. Los que pueden viven generalmente al borde del lago, del río (en ese orden) o en una montañita con vista al lago o al río (en ese orden). Los que no pueden se van a pasear al lago o de vez en cuando se vienen a pasear por aquí. Digamos que viven más alejados del agua y, por lo tanto, de mí.

30.09.11

Limmat es Limago

Dice que su relación con las babosas es de simple vecindad.
Que, dicho sea de paso, las encuentra repugnantes.
 -¡Ah, como la mayoría de la gente! me sorprendo.
 -Te recuerdo que yo también fui gente, e incluso príncipe…de pronto interrumpe en seco su relato (se ha percatado de mi gesto al ver moscas en su lengua)
-No te vayas, Frosch. ¿Y el blog?

Disminuye el paso. Se detiene. Piensa.  Y termina de tragarse las moscas y su orgullo.
Brinca hasta tocar el agua.
Se da la vuelta y, ceremonioso, abre los brazos:
El río Limmat Limago
Es el río que atraviesa Zúrich. Mi hogar. Es aquí donde transcurren la mayor parte de mis días.
En sus orillas encuentras no sólo babosas, sino todo tipo de bichos unos más raros que otros y, por supuesto, también están los típicos habitantes de los ríos y sus orillas. Ya sabes, peces, patos, luciérnagas…
Todos los animalitos son a su manera encantadores… sí, incluso los que ingiero.
Pero las babosas me dan asco. Sí, las encuentro repugnantes. Pero no por ser babosas y porque se arrastren dejando baba en el camino, como alguna gente, por cierto. Me dan asco porque se comen entre ellas.
Sabes qué...guarda tu laptop

Oscurece y el sapo me pide de repente que me vaya.
Creo que lo tientan demasiado los insectos que se van pegando a la pantalla.

23.09.11

"Zürich en español es Zúrich


Así, con tilde en la u. Anótalo de una vez o cambia el nombre de mi blog”  
El sapo me dice asimismo que todo, absolutamente todo, ha de estar relacionado con el nombre. “Zúrich es el tema, nunca te salgas de él”, advierte levantando su dedito verrugoso.

-Y yo que pensaba que el tema aquí ibas a ser tú, Frosch…
-Pero claro que en realidad el tema soy YO, no por algo es MI blog. Tú, limítate a hacer lo que te digo, ok.
-Bueno.

17.09.11

Sapo es sapo

Obviamente no le creo al sapo cuando me viene con el cuento de que alguna vez fue príncipe. El hablar como los hombres no basta. Pero le sigo la corriente.

15.09.11

Y el príncipe se convirtió en sapo

Así, en tercera persona, termina siempre de contar su propia historia este batracio. Por eso, añade, un buen día crucé el charco y me instalé aquí. No aguantaba más. Tú no sabes lo que es eso. De verdad que no lo sabes. La verdad que no, respondo.