09.12.11

Habitantes del río Limago II

- Ven, hay que completar esto. ¿Ves aquellas ventanas sin cortinas?
- Sí ¿pero cómo sabes que no tienen cortinas?
- Apunta:
Algunas viviendas de esta zona tienen enormes ventanas a las que sus habitantes no acostumbran poner cortinas.
Las ventanas enormes y cuadradas son hoy en día tendencia. No ponerles cortinas, también.
Estos edificios, por ejemplo, han sido diseñados siguiendo alguna de estas nuevas tendencias: fachadas de metal y enormes ventanas, todas igualitas. ¿Centro comercial o vecindario? Las dos cosas. Da lo mismo. Es la tendencia.
- Sí, pero…
- Sssh, chitón, no te atrevas a criticar la arquitectura. Tú no la entiendes, ignoras las nuevas tendencias.  Continúa:
Las escaleras, de fierro; los balcones, de fierro. Las ventanas enormes y cuadradas, de fierro. El material tiene que verse. Los edificios tienen que gritar que son de fierro. Es tendencia.
Estos edificios tienen dos fachadas principales. Una da a la calle. Esta, como ves, da al río. En la fachada que da a la calle hay tiendas; en esta, como ves, hay viviendas.
En las tiendas hay desde maquinaria industrial, muebles, cremas para la piel, hasta un solárium a monedas.
En las viviendas, como ves,  hay gente. Gente que a su manera también contribuye a la tendencia. Contribuye  viviendo y prescindiendo de cortinas, persianas o lo que pudiera preservar su intimidad. El resultado es que así esta gente parece estar a la venta. Pero no, no son putas. No estamos en Ámsterdam. Estamos ante un complejo residencial zuriqués.  Allí dentro vive gente respetable, familias con niños y todo eso.
Las viviendas más expuestas, eso sí,  las  habitan en su mayoría  solteros que apenas ha pasado la treintena. Se trata de enormes apartementos dúplex con enormes ventanas cuadradas que permiten ver hasta el último rincón.  Estos solteros son de esa gente que compra y hace que compres, de esa raza humana que cocina y se come la economía. Gente de las finanzas; banqueros, aseguradores, abogados que trabajan para las aseguradoras y para los bancos, economistas que trabajan para las aseguradoras y para los bancos, arquitectos que trabajan con las aseguradoras y con los bancos, psicólogos que… Gente que, además, va al gimnasio, que tiene los brazos robustos y el vientre liso. Jóvenes vigorosos pero no mocosos. Treintañeros ya centrados, con sonrisas y pelo impecables...
Pero no, no son como en American Psycho; el mundo ha cambiado desde entonces.  Además que el estilo de vida de los yuppies difiere de un país a otro. Ser de una misma raza, no implica que se viva de la misma manera. Un fanático evangelista del País Vasco no condimenta su hamburguesa como lo hace uno de Texas o uno de la Patagonia. Los tres, claro, se zampan la hamburguesa. Es sólo por dar un ejemplo…
Volviendo a estos jóvenes zuriqueses de enfrente. No se trata pues de yuppies neoyorquinos, ya que muy rara vez aspiran coca. Consumen más bien verduras de apelación Bio y ese tipo de cosas. Si salen, es a comer sushi. Y sobre todo, duermen sus horas. ¡Comen verduras y duermen sus horas!
No tienen cortinas, yo los veo diariamente vivir. La exhibición vista es además gratuita. Es como ojear un catálogo de Ikea o uno de esos folletines que reparten los Testigos de Jehová. Los habitantes de enfrente también son o se esfuerzan en parecer espontáneos, felices. Seguramente lo hacen para que los paseantes de por aquí tengamos otra vista agradable además del río. Por eso han pagado unos cuantos millones de francos por sus vitrinas apartamentos duplex. Por eso los han amueblado con sofás de diseño donde se recuestan y de donde se levantan para hacer café en sus diminutas Nespresso... ¡Como en los catálogos! Pero repito, no están a la venta. Son ellos los grandes compradores.
- Lo que pasa es que eres un mirón, míster Frosch
- Claro, como si yo hubiera tomado las fotos...

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen